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El uso de la Simulación Clínica (SC) como estrategia de diseño

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Vivimos en un mundo que cambia constantemente, y la innovación es la que impulsa ese cambio. Tener un pensamiento innovador no es solo una habilidad, sino una fuerza que nos ayuda a replantear lo que consideramos posible. En este contexto, la arquitectura, una mezcla de creatividad y funcionalidad, se convierte en un terreno emocionante para la creatividad y la originalidad.

La innovación no se trata sólo de introducir nuevas tecnologías o materiales, sino también de cómo concebimos, diseñamos y experimentamos nuestro entorno. Pensar de manera innovadora en arquitectura también implica desafiar las ideas establecidas, aceptar una variedad de perspectivas y superar las normas tradicionales.

En este artículo vamos a compartir cómo hemos utilizado la simulación clínica y su metodología para diseñar un cabezal de cama en una habitación de hospitalización, integrado en un único mueble.

La cuestión por resolver

Partimos de la necesidad de transformar la percepción de un entorno técnico y frío para crear una atmósfera más acogedora en situaciones vulnerables, como lo es una hospitalización.

Sabemos que cuando una persona está ingresada y hospitalizada durante un periodo determinado, la habitación se convierte temporalmente en su hogar (y en el de su familia) y es ahí, dónde las personas que somos responsables del diseño tenemos la posibilidad de crear espacios mejores, que responda tanto a las necesidades funcionales como a los requerimientos de confort de sus ocupantes.

Diversos estudios, como por ejemplo el de J. Dubose en «Exploring Healing Spaces» (2018)[1], evidencian la clara relación que existe entre el entorno bien construido y la recuperación del paciente. En palabras literales, «el entorno no puede causar que ocurra la curación, pero puede facilitar la participación en comportamientos y emociones que la respalden; el ambiente puede inducir respuestas físicas y emocionales como la felicidad, la alegría y la relajación; y el entorno construido puede mejorar el control y las funcionalidades individuales, todos los cuales son antecedentes para la mejoría».

Es por ello por lo que, en este proceso de diseñar y crear espacios construidos con un enfoque centrado en las necesidades, experiencias y bienestar de las personas que los habitarán o utilizarán, hemos optado por configurar un entorno lejos de la idea de “ambiente medicalizado”, no solo para la persona hospitalizada, sino también para sus acompañantes y el personal asistencial.

¿Qué es la simulación clínica?

Para llevar adelante nuestro diseño, hemos utilizado la simulación clínica (SC), una metodología que facilita la reproducción de situaciones reales en el ámbito de la atención sanitaria, con el propósito de practicar, aprender, evaluar, probar y comprender tanto sistemas como acciones humanas.

Esta práctica, que ha ido evolucionado con el tiempo, se ha convertido en una herramienta altamente versátil en el campo de la salud, siendo empleada con diversos fines, que incluyen el entrenamiento en la toma de decisiones clínicas, el perfeccionamiento de habilidades comunicativas, el fortalecimiento del trabajo en equipo, la ejecución de procedimientos técnicos y el rediseño de cuestiones asistenciales[2].

¿Cuáles son las ventajas de la SC?

Algunas de las ventajas que hemos encontrado a lo largo de la simulación son: la flexibilidad de repetir la técnica según las necesidades y en el momento elegido, la posibilidad de simular situaciones clínicas hasta sus últimas consecuencias, sin riesgo para personas reales, la posibilidad de intercambiar puntos de vista entre las distintas personas involucradas, el aprendizaje mediante el error, la observación de estos desaciertos para generar una respuesta constructiva, la oportunidad facilitar el feedback inmediato o debriefing, permitiendo identificar errores, reflexionar y corregir en el prototipo, entre otros.[3]

¿Por qué tomamos ese concepto y lo aplicamos a la arquitectura? ¿Para qué nos sirve usar la simulación clínica?

Cuando la limitación de tiempo impide llevar a cabo investigaciones en un laboratorio de neurociencia aplicada a la arquitectura [4]y la revisión bibliográfica no proporciona datos relevantes sobre cuestiones técnicas en nuestra disciplina, o cuando los recursos económicos son limitados, consideramos que recurrir a metodologías previamente validadas y adaptarlas a otras áreas puede ser una solución efectiva para recopilar datos y avanzar en el análisis de un tema específico.

En nuestra experiencia, la simulación se ha revelado como una herramienta valiosa para comprender movimientos, operaciones y la frecuencia de activación de pulsadores, entre otros aspectos, antes de la implementación real en entornos con pacientes, momento en el cual no hay margen para retroceder. Este enfoque nos ha permitido superar las restricciones de tiempo y recursos, facilitando la obtención de datos cruciales para profundizar en la comprensión de nuestro tema de investigación.

¿Cómo fue la metodología de trabajo?

En nuestro enfoque inicial, nos propusimos abordar una problemática específica relacionada con el bienestar de las personas ingresadas, sus familiares y el personal de salud. El diseño que estábamos desarrollando tenía como objetivo facilitar el proceso asistencial en la unidad y mejorar la calidad percibida. Nos propusimos crear un entorno efectivo donde la persona ingresada pudiera sentirse como en casa, experimentando tranquilidad, seguridad y confort visual.

Para fundamentar nuestro diseño, llevamos a cabo una revisión bibliográfica exhaustiva, estudiando antecedentes y analizando unidades de internación en diferentes hospitales. A través de este proceso, enfrentamos hipótesis, evaluamos métodos y estudiamos resultados. Posteriormente, incorporamos cuestiones técnicas, como la altura de las tomas de corriente, la ubicación de los gases medicinales y el espacio para la colocación de bombas, para elaborar el primer boceto.

Una vez completada la primera aproximación, construimos el primer prototipo a escala real en nuestro estudio. Montamos la «escenografía» y trasladamos el prototipo a una habitación pediátrica en el Hospital Universitari de la Vall d´Hebron con medidas estándares. En ese espacio simulamos diversas situaciones que podrían surgir durante una hospitalización, recopilando datos a través de encuestas, registros fotográficos, focus groups y otros recursos.

A lo largo del proceso, involucramos a las diferentes personas relevantes y ajustamos el prototipo in situ. Recopilamos toda la información posible y, de vuelta en el estudio, perfeccionamos el prototipo. Documentamos minuciosamente cada ajuste y, con la respuesta positiva tanto de pacientes como de personal asistencial, replicamos con éxito el diseño en otras unidades hospitalarias, como, por ejemplo: internaciones para cuidados paliativos pediátricos, bloques quirúrgicos y maternidades.

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Referencias bibliográficas

[1] DuBose, J., MacAllister, L., Hadi, K., & Sakallaris, B. (2018). Exploring the concept of healing spaces. HERD: Health Environments Research & Design Journal, 11(1), 43-56.

[2] León-Castelao, E., & Maestre, J. M. (2019). Prebriefing en simulación clínica: análisis del concepto y terminología en castellano. Educación Médica, 20(4), 238-248.

[3] León-Castelao, E., & Maestre, J. M. (2019). Prebriefing en simulación clínica: análisis del concepto y terminología en castellano. Educación Médica, 20(4), 238-248.

[4] Ahead Barcelona Healthcare Architecture (2024). Acercarse a la neuroarquitectura